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Durante los últimos años hemos sido testigos de cómo la metodología denominada Aprendizaje Colaborativo basado en Retos (en adelante ACbR) ha ganado presencia en los centros educativos, principalmente en aquellos con oferta de Formación Profesional.

El ACbR forma parte de las metodologías activas, formas de trabajar en el aula que fomentan el aprendizaje. En el caso de Maristak Durango, el punto de partida fue a través de otra metodología activa muy extendida, como es el caso de Problem Based Learning. De esta metodología adoptamos las siguiente 3 competencias que posteriormente hemos trasladado al ACbR:

  • Aprender a aprender.
  • Aprender a trabajar de forma colaborativa.
  • Aprender a ser resolutivo ante situaciones problemáticas.

Estas competencias junto a los resultados de aprendizaje específico-técnicos dan como resultado una cadena de situaciones problemáticas que permite al alumnado evolucionar, tanto en sus competencias específico-técnicas como en las transversales.

La mejor forma para iniciar la implantación de esta metodología es dar prioridad a trabajar el ser consciente sobre lo que supone el aprender. Todas las personas iniciamos procesos de aprendizaje desde el primer momento que llegamos a este mundo, pero no todos los procesos nos llevan a aprender. Conocer cuál es nuestro proceso de aprendizaje, a qué enemigos del aprendizaje somos adictos, mirarlos de frente, decidir eliminarlos y evolucionar es la clave para cualquier actividad o cualquier competencia que contenga la palabra “aprender a…”.

El segundo elemento clave y asociado directamente a todo lo anterior, es el componente colaborativo, por necesidad unido a la palabra aprender.

Todas las personas tienen experiencia en equipos, pero aprender a colaborar es un paso más que trabajar en equipo. Lo primero que necesitamos es criterio para generar equipos equilibrados. La recomendación es equipos de 4 personas, 5 como máximo y 3 como mínimo. Hay numerosos métodos para hacer equipos de manera científica. La recomendación por su sencillez y eficacia está basada en el método DISC. Una agrupación de las personas basada en 4 perfiles personales y cuyo elemento clave reside en la palabra aprender. El proceso de aprender a colaborar es un proceso evolutivo, no se consigue en la primera actividad a resolver en equipo.

La palabra RETO es la última que aparece en el nombre que da título a la metodología. Lo cierto es que deberíamos tratar esta palabra desde dos vertientes, ambas de suma importancia para docentes y centros educativos:

  • La generación de situaciones problemáticas que contengan los resultados de aprendizaje, tanto técnico-específicos como transversales.
  • La dinamización en la presentación de estas situaciones problemáticas ante el alumnado para que estos lo vivencien como retos.

Todos los estudios, principalmente los relacionados con la FP, parten de una serie de objetivos generales de aprendizaje que se segmentan en módulos o asignaturas. Esta modulación nos permite dividir en partes más manejables objetivos de aprendizaje amplios siempre sin perder de vista los objetivo generales.

El planteamiento del ciclo / curso, basado en situaciones problemáticas consiste en un análisis y diseño en el que deberían participar todas las personas que intervienen en ese curso. El guión podría ser:

  1. Analizar el curso desde los objetivos de aprendizaje generales que perseguimos en ese curso en concreto, incluyendo los objetivos de aprendizaje transversales
  2. Secuenciar el curso a través de situaciones problemáticas encadenadas, lo más cercanas posibles tanto al alumnado como a la salida profesional asociada a ese curso.
  3. Identificar todos los resultados de aprendizaje que la legalidad nos pide en las diferentes situaciones problemáticas y si falta alguno incorporarlo.
  4. Identificar las expectativas que tenemos respecto al producto y resultado final de cada situación problemática, estableciendo los criterios de valoración, así como la trazabilidad de dichos criterios con la nota del módulo respecto a la situación problemática y el valor que aporta esa nota en el contexto de la nota global del curso.
  5. Ser creativos y empáticos con el alumnado, buscando la fórmula para que las situaciones problemáticas puedan vivenciarlas como retos.

No nos podemos olvidar del inicio de este texto. El aprendizaje es evolución y así tenemos que plantearlo a través de la secuencia de situaciones problemáticas. La utilización y el tratamiento que se haga a los resultados y valoraciones del trabajo son claves para ello, no obstante, es igual de clave el cómo se traslade esa información al alumnado y grupo de alumnado, así como el planteamiento de mejora que se haga. Una recomendación en este aspecto es seguir las directrices de feedback a través de método KISS o método MIMO.

Autor: Daniel Irazola

Centro educativo: Maristak Durango